Por: Loredana Minici Antonello
Nunca en mi vida había pensado que unos seres tan pequeños, ingenuos e indefensos podrían ser mis más grandes maestros. La verdad es que tenía una idea de maternidad como un reto completamente distinto, y pensaba sólo en la perspectiva de YO como el ejemplo a ser seguido. Y me equivoqué.
Parenting (lo pongo en inglés porque que gustaría englobar el ser mamá y papá) es un trabajo de constante desarrollo personal; y por supuesto que me tengo que observar mucho para saber si estoy siendo el mejor ejemplo y la mejor versión de mí misma para mis hijos; pero este observar me lleva a lugares mucho más profundos, exige que me auto-conozca y me muestre de forma consciente muchas creencias que a lo mejor sí valoro, y otras que no tanto, que ya no me sirven y que no quiero que se perpetúen más.
Es una labor constante y consistente, no descansas y una y otra vez más te cachas diciendo cosas que te dijeron, que te enseñaron y que no hacen ningún sentido, es como si algo surgiera de una profundidad desconocida, sale por tu boca y cuando lo dices, te sorprendes y te cuestionas: ¡wow! ¿de dónde vino eso?, ¡ah claro! Es algo que aprendí con mi mamá, o es la forma que me hablaba mi papá, o mi maestra, etc.
Lo que sigue es una auto-valoración: y yo, ¿soy eso? Y yo, ¿creo en eso? O… no, eso no me pertenece, no lo creo y me voy a poner a trabajar para cambiar este código que me limita y limita a mis hijos. Muy interesante, de verdad.
El otro día, mi hija de 5 anõs me saca una pregunta, una de las más temidas entre todos los papás: mamá, ¿cómo nacen los bebés? Te lo juro que no estaba preparada para tocar este asunto tan temprano, y le contesté ” eso lo vas aprender en la escuela más adelante, mi vida.” Ella se contentó con la respuesta, y yo tambíen. Sin embargo, algo me inquietaba, algo me decía que no, no era por ese camino.
Hasta que comentando el episodio con una querida amiga, me hizo tener un insight muy verdadero. No se trata de delegar la responsabilidad a la escuela, eso es como lo aprendí de chiquita, como me lo introdujeron. Mi hija se acercó a mi, su mamá, es la oportunidad perfecta para estrechar los lazos de amor y confianza y romper tabúes. Por supuesto existe una forma de explicarle el tema del bebé a su nivel, a su edad y si me lo pregunta es porqué está lista para escuchar ALGO.
No tiene que ser mucho, nada complejo. Algo simple, fácil y suficiente para llenar su curiosidad en este momento. ¿Y sabes lo que nos llevamos ambas de esta lección?
Pues mi hija aprende que puede preguntarle LO QUE SEA en primer lugar a sus papás, que soy su base, su apoyo y que podemos platicar de todo un poco y que tener bebés es algo natural, como todo lo demás. Yo, aprendo a adaptarme a diferentes discursos, para diferentes públicos y edades. Aprendo a tener conversaciones de forma más natural, a romper tabúes, porque, a final de cuentas, la vida es natural. Aprendo a acercarme más a mi audiencia, sin miedo, enfrentando lo que sea. Aprendo a usar las palabras de forma congruente y selectiva, Aprendo a relajarme y dejar la vida fluir. Aprendo a no juzgarme tanto, a entender mis procesos personales, a tener compasión hacia mí misma. Aprendo que no soy perfecta y a darme la oportunidad de aprender cada vez más, una cosa por vez, gradual y dulcemente.
Oops, ¿quién aprende más aquí? ¿Mi hija o yo? Me quedé con la duda de quiénes son los maestros 😉. Nunca pensé que una simple pregunta de una niña de 5 años pudiera traer tantas reflexiones… tanto desarrollo personal.
Mi conclusión aquí es cómo disfruto tener estas experiencias. Cómo el parenting es una escuela invaluable, con una infinidad de riquezas en el ámbito personal y de cómo podemos encarar la vida desde otras perspectivas y mejorar nuestra relación con el mundo y con las personas con quien convivimos.
Tú como mamá o papá, ¿vives algo parecido? ¿Ya pensaste cómo este crecimiento impacta no sólo tu vida personal sino también la vida profesional y cómo nos relacionamos con otras personas?
¡Saludos desde México!