Por: Regina Cabal
Es inevitable. Cada inicio de año nos invita a hacer propósitos para mejorar. ¿Cuáles son los de una mamá que trabaja? Consultamos con varias de nuestras Momlancers y la respuesta con mayor contundencia es: “poder equilibrar muy bien mi trabajo y el cuidado de mi familia”.
Sin embargo; este “gran” propósito es bastante abstracto; encontramos otros más tangibles y tácticos que ayudan a alcanzarlo. Acá compartimos nuestros favoritos:
- Forzarme a decir “déjame revisar mi calendario” antes de aceptar una junta o invitación, así podré evaluar si realmente puedo o si quiero aceptar un nuevo compromiso.
- Tener un “tiempo especial” con cada hijo. Separar un ratito en la semana para tener tiempo de calidad.
- Despertarme más temprano para evitar peleas matutinas y disfrutar con mi hijo la ida a la escuela.
- Eliminar horas Facebook e Instagram para dormir más y tener energía para el trabajo y mis hijos.
- Cada viernes tomarme media hora para planear la siguiente semana.
- Aprender a delegar. Se vale apoyarse de la tecnología. Ya hasta el súper lo puedo pedir por Internet.
- Dejar de fantasear con Pinterest. Hay que aceptar la realidad; no tengo tiempo para ir a Fantasías Miguel y hacer todas las monerías que se ven ahí.
- Saber decir “no”. Las mamás que trabajan tienden a aceptar todo con tal de demostrar que no por ser mamás son menos profesionales. No pasa nada con de vez en cuando decir “no puedo”.
- Convencer a mi hijo de regresar a su clase de basquet para tener una hora más de trabajo.
- Saber pedir ayuda cuando lo necesito. Darme permiso de apoyarme en los demás.
- Hacer de los “viernes de películas” un ritual para descansar de la semana laboral y disfrutar con la familia.
- Dejar el trabajo en el trabajo. Apagar el teléfono por 30 minutos cuando estoy jugando con mi hija.
Siendo mamá trabajadora: ¿cuál es tu propósito para este año?